lunes, 29 de septiembre de 2008

Fugu: una delicia venenosa


En japonés se llama fugu. Es un pez curioso: cierra los ojos, no tiene escamas, cuando tiene miedo se hincha. Sobre todo tiene una particularidad terrible: contiene tetratoxina un veneno mortal. Es un pez fulminante. Su carne, sin embargo, es tan deliciosa que los gourmets japoneses, con peligro de su vida, han consagrado el fugu mortal como rey de los peces.

Desde la prehistoria, el japonés disfruta con las delicias del fugu a pesar del riesgo de morir. Los cocineros japoneses han acabado por hacerse suyo este peligro mortal. Incluso lo han magnificado. Alrededor del fugu se ha desarrollado un arte culinario de una extrema finura.

Un cocinero especializado en Fugu nos cuenta que la carne del pescado se tiene que limpiar bien, para sacarle todas las toxinas. Es esencial en la preparación. Sé que tengo la vida de mis clientes entre las manos. Pero nunca ha habido ningún accidente, en mi restaurante. Tengo confianza en mí mismo. Para obtener mi licencia de cocinero de fugu he hecho cinco años de aprendizaje. Después he pasado un examen. Y todo eso es lo mínimo, porque el fugu es la cima de la técnica, la cima de la gastronomía.

Para disfrutar de esta obra de arte, se tiene que pagar el precio. Hasta 300 euros, el fugu es, seguramente, el pescado más caro del mundo.

La atracción del pescado venenoso

Cuatro mil años antes de Jesucristo ya se comía fugu. En esta larga historia de Japón, el pez mortal ha causado decenas de miles de víctimas. Uno de los restauradores especializados en este manjar explica: Antes mucha gente se moría al comer fugu. No sabían que era peligroso. La muerte era muchas veces el precio que se pagaba por conocer el éxtasis que provoca esta carne suculenta. Durante mucho tiempo se prohibió comer fugu, pero la gente lo comía a escondidas. La tentación del placer era más fuerte que el miedo de morir.

El fugu también tiene otros nombres, entre ellos pez globo. Hay ciento cincuenta clases en el mundo: en la costa de Japón hay más de treinta especies comestibles. El especialista piensa que la tetratoxina es para algunos fugus un medio de defensa. Al menos es el caso de esta especie. Esta simple experiencia lo demuestra. Cuando el pez se siente amenazado se hincha, segrega el veneno por la piel. Este, sin embargo, es un caso particular. En la mayoría de los fugus la tetratoxina se encuentra en el hígado, en los órganos genitales y en los huevos.

No hay ningún antídoto para la tetratoxina explica uno de los cocineros. Una persona intoxicada siente como los músculos se le paralizan poco a poco. Le costará respirar. Después la respiración se para completamente, pero el corazón continua latiendo. En este momento sólo se puede intentar salvar a la persona haciéndole masajes, pero es lo único que se puede hacer.

Doscientas mil veces más potente que el curare, la tetratoxina es uno de los venenos más peligrosos del mundo. El fugu contiene suficiente para matar a una quincena de personas. Los investigadores han hecho pruebas en el laboratorio con otras especies marinas.

Cómo eliminar la toxina

Muy lejos de la tradición y el respeto, los industriales se han adueñado del fugu. Este pez sagrado se ha convertido en un negocio de mucho dinero. En el puerto de Shimonoseki está el matadero de los fugus.

No hay ceremonia, para cortarlo, sino gestos rápidos y exactos en la cadena. Para evitar el problema de la tetratoxina, se corta el pez vivo. Así, las partes tóxicas no tienen tiempo de descomponerse ni de contaminar la carne de los peces.

Se toman medidas de precaución para enjuagar los filetes y las partes comestibles en picas de agua para eliminar los residuos de veneno que podrían quedar. Esta empresa de transformación da trabajo a mucha gente experta.

Examen para cortar pescado

Con el fugu no se bromea. Para pasar el examen hace falta un mínimo de tres años de aprendizaje. Es una escuela difícil: el candidato ha de conocer de memoria todas las leyes que se refieren al fugu. Una parte crucial: la parte práctica. Observan cada gesto y no se tolera ningún error.

En la región de Shimonoseki unos sesenta aprendices obtienen la licencia de cocineros de fugu cada año. Accidentes mortales debido a la consumición de fugu, aún hay unos cuantos cada año en Japón. Las víctimas son, a menudo, gente imprudente que cocina el pescado en su casa sin conocer su biología. Sin embargo, la ley japonesa es estricta en esta cuestión: sólo están autorizados a preparar el fugu los licenciados. Los que no respetan la ley se arriesgan, en el peor caso, a la muerte, o, en el mejor, a una grande multa, o a unos cuantos meses de prisión.

Boto: la cría en cautividad

Los gatos hacen de guardias de la cría. Es la mejor defensa contra las ratas, que roen las redes. Estamos en el archipiélago de Boto, en el extremo sur de Japón. Aquí, en los años sesenta, se crearon las primeras colonias de cría de fugu: de buen principio, fue una apuesta incierta, pero la prueba ha tenido éxito. Hace cuatro años, en el mercado, aparecieron los primeros fugus de cría. Hoy, se venden mil doscientas toneladas cada año. Aún así, faltan unos cuantos progresos para estabilizar la producción.

Uno de los responsables del proyecto nos cuenta que el fugu es un pez difícil de criar, porque le tienes que dar alimentos muy frescos. También es un pez frágil y delicado. Cuando lo crías, coge una enfermedad todavía desconocida que deja manchas blancas en la piel.

En cambio, hay una buena sorpresa: el fugu de cría casi no contiene tetratoxina. Esta constatación ha permitido a los investigadores descubrir el origen de este veneno. Según ellos, puede provenir de una bacteria marina que el fugu come a más de cien metros de profundidad.

En este vídeo del canal de televisión Viajar, se muestra cómo preparar una receta con el pescado Fugu, como se puede comprobar, el pescado está bien fresco en el momento de su preparación.

La reportera explica que antaño, la falta de control por parte del gobierno de Japón sobre los restaurantes, provocaba la muerte de 300 comensales, la falta de preparación de algunos cocineros era la causa, algo que ahora ya no ocurre.

El potente veneno del Fugu se elimina con maestría por el cocinero, piel, vísceras y todos aquellos órganos que contienen veneno son desechados. Los restos del fugu se encierran en un pequeño contenedor con candado que será enviado al mercado para ser eliminados.

Años atrás los restos se tiraban a los contenedores, el resultado eran perros y gatos muertos por haber comido los desechos del fugu. Sin duda, es un interesante vídeo que nos muestra un aspecto curioso de la cultura gastronomica japonesa.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Galletas

Las que le hice a mi pololo (L) cuando cumplimos 1 año 2 meses, te amo :)

Para la masa:
250 gr. de mantequilla pomada
100 gr. de azúcar flor
200 gr. de maizena
280 gr. de harina
5 gr. de polvos de hornear
vainilla y ralladura de naranja

Para el glaceado:
3 cucharadas de jugo de limón
2 tazas de azúcar flor

*
colorantes
perlitas
cornet

La mantequilla debe estar pomada para lograr una masa suave y libre de grumitos.
Luego se agrega el azúcar flor, integrando bien y luego la esencia de vainilla y ralladura.
Después se agrega la maizena y el harina hasta lograr una masa blanda.
Se debe refrigerar por 30', luego estirar hasta lograr unos 3cm., cortar y hornear a 180ºC.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Chocolate

El chocolate es un producto derivado del cacao. Al principio se consideró un alimento exótico y, por lo tanto, reservado a las clases acaudaladas. No es hasta finales del s. XIX que su consumo se extiende a todas las sociedades y logra la gran popularidad que tiene hoy en día. El cacao llegó a Europa a principios del s. XVI, procedente de tierras americanas. Su origen y su historia están ligados a la mitología de los pueblos mayas y aztecas.


La primera cultura que cultivó el cacao fue la maya, hace más de 2.000 años. El cacao era para los indígenas un alimento de origen divino. Con él se elaboraba una bebida, el xocoatl (del nahuatl, xoco, amargo y atl, agua). Los ingredientes (cacao, agua y especias como la vainilla, la pimienta y el chile) se batían y se espesaban con harina. Se tomaba fría y vertida para conseguir una espuma abundante.


Fue Cristóbal Colón el primer europeo que descubrió el chocolate, pero no lo supo de inmediato. En efecto, el 30 de Julio de 1502, Cristóbal Colón llegó a la isla de Guanajo, en las cercanías de América Central. Se acercó a él un jefe azteca que ofreció a los blancos hermosas armas, tejidos y también unas curiosas almendras. Le explicó a Colón que eran muy importantes para ellos, ya que constituían la moneda del país y, además, permitían preparar una bebida muy apreciada por los indígenas.




Días después, la pequeña escuadra alzó la vela nuevamente hacia Europa. Cristóbal Colón y sus marineros no sospecharon que tuvieron entre sus manos "habas de cacao" y. Diecisiete años más tarde, Hernán Cortés emprendió la conquista de México. Apenas desembarcaron, aprontándose para el combate, con gran sorpresa vio que el emperador Moctezuma y sus vasallos lo recibían cordialmente.

Víctimas de la leyenda de Quetzacoatl, protector de los aztecas, creyeron ver en Cortés la reencarnación del bondadoso dios, que de acuerdo con la tradición, había abandonado este país anunciando que volvería algún día.
El acogedor emperador cubrió de riquezas al conquistador y le ofreció la plantación real de cacaoteros, cuyas habas se utilizaban como monedas.


Con su buen sentido de los negocios, Cortés consiguió que le cambiaran los granos de cacao por oro, metal que era indiferente para los indígenas, en tanto que los frutos del cacao eran objeto de una verdadera devoción. Los nobles indígenas lo consumían en forma de bebida a la que llamaban "tchcolatl". Paralelamente se introdujo en las Islas Canarias el cultivo de la caña de azúcar. Estos dos productos se unieron luego para formar una deliciosa bebida: el chocolate.


Obtención del chocolate:


Las habas de cacao deben pasar por un gran número de operaciones muy delicadas antes de volverse chocolates.
Todo comienza en las plantaciones, donde las mazorcas que contienen estas habas son recogidas, luego abiertas por un gran golpe de machete con el fin de extraerle el racimo de habas. Después de fermentar en grandes cubas de madera, las habas se ponen a secar durante algunos días con el fin de retirar el exceso de agua.

La primera etapa será la limpieza de las habas con el fin de retirar todo cuerpo extraño. Las habas limpiadas son entonces tostadas de acuerdo a una temperatura y tiempo de tostado ideal con el fin de obtener una óptima revelación de los sabores. Las habas pasan por una desgerminación minuciosa soportando la acción del machacador, un molino mecánico que reduce las habas en pequeños pedazos.



Lo pedazos machacados de habas son pasados a las moledoras, cada vez más finas hasta que se hagan la pasta de cacao destinada a volverse chocolates o polvo de cacao.
Si la pasta está destinada a volverse chocolate, entonces será mezclada enérgicamente con azúcar. De ahí, será todavía refinada y pasará en otro triturador que reducirá la granulación de pasta para hacerla lo más homogénea y fluida posible. Viene entonces el conchaje, la operación de gracia para esta mezcla que ahora, contenido en grandes barreños de fundición, sufre el balanceo constante de ruedecillas en forma de rodillos con el fin de darle la finura, la elasticidad y la textura tan buscada. De esta operación, cuya rapidez de ejecución es la esencial, emanan la calidad del producto terminado.

Pero este mecanismo meticuloso de preparación no se para allí porque si este principio de golosina no es templado de manera estable, el chocolate perderá su brillantez. En cubas depósitos, la mezcla es entibiada y agitada constantemente a 45 °. La mixtura preparada, es repartida en moldes instalados sobre una alfombra mecánica a oscilación constante. La oscilación es la esencial para obtener una tableta uniforme y sin burbujas de aire. El chocolate es finalmente sacado del molde después de un enfriamiento final y listo para ser consumido.



Tipos de chocolate:


Chocolate en polvo: Mezcla de cacao en polvo, harinas y azúcar. Es un cacao soluble que se utiliza para bebidas pero no para repostería.

Chocolate en cobertura: Contiene un mínimo de 30% de manteca de cacao y un 55% si es cobertura negra. Su utilidad en repostería en importante, ya que se utiliza para la elaboración de mousse, rellenos y bombones.

Chocolate amargo: Su sabor tan amargo se debe a que contiene como mínimo 60% de cacao.

Chocolate con leche: Se compone de un 14% de materia grasa seca procedente de la leche, 55% de sacarosa y 25% de cacao y no es apto para repostería.

Chocolate blanco: Tiene un 14% de leche, 20% de manteca de cacao, 55% de azúcar y vainilla. Fabricado sin colorantes, debe su color a la falta de cacao aunque lleve manteca de cacao.

Chocolate fondant: Contiene un 40% de manteca de cacao y 40% de pasta de cacao. Su utilidad en repostería es la de dar un baño exterior a tartas, bombones y pasteles.

La cobertura de chocolate se utiliza en repostería para bañar a tartas y pasteles. El tipo de chocolate que se utiliza se llama chocolate de cobertura y tiene un alto contenido de manteca de cacao, cuya grasa, una vez cocinada y luego solidificada, proporciona consistencia al producto que se haya napado (o bañado).
En el mercado podemos encontrar cobertura de chocolate negro, blanco y con leche.



Proceso de obtención de la cobertura:


Descristalizar o calentar un chocolate, y verter dentro de un bowl limpio y seco para proceder a enfriar. Remover sin incorporar aire ya que nos afectaría al resultado final. El 1/4 sobrante, resérvalo en algún sitio caliente ya que nos servirá para añadir al que habremos enfriado y evitar así una bajada súbita y un enfriamiento o cristalización excesiva. Para enfriar el chocolate en el mármol se trabaja con utensilios especiales.

Antes de recoger, verificar la temperatura. Añadir el chocolate caliente y acabar en la temperatura deseada dependiendo del tipo de chocolate.


Temperaturas a respetar:


Cobertura negra:
Fundir a 50º, enfriar a 28º/29º, mantener a 31º/33º

Cobertura leche:
Fundir a 45º, enfriar a 26/27º, mantener a 28º/30º

Cobertura blanca:
Fundir a 40º, enfriar a 26º, mantener a 28º/29


* Estas temperaturas son generales y siempre estarán relacionadas con la cantidad y tipo de manteca de cacao que lleve nuestro chocolate.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Paris Brest

El nombre del Paris Brest viene nada menos que de la histórica carrera ciclística que cada cuatro años y desde 1891 reune a miles de competidores entre las ciudades de Paris y de Brest. (1200 km)







Su nombre fue dado por un chef cuya pastelería se encontraba dentro de la ruta de los ciclistas de la Paris-Brest-Paris, quien en honor a esta importante competencia creó este delicioso pastel en forma de una rueda de bicicleta. Pero no de goma, sino que de una sabrosa masa choux.


Ingredientes Masa Choux:


60 gr. de margarina
120 gr. de harina

200 gr. de agua

3 huevos








Preparación:
  • Calentar el agua con la margarina hasta que ésta se derrita.
  • Agregar de golpe la harina y revolver hasta que se despegue del fondo de la olla.
  • Retirar del fuego y dejar enfriar.
  • Una vez frío, incorporar los huevos de a uno, revolviendo bien para su incorporación.
  • Manguear con boquilla rizada en forma circular dando dos vueltas en la bandeja del horno.
  • Cocer a 180ºC hasta que estén completamente dorados.
* Con esta masa también se pueden elaborar profiteroles, eclairs o estos lindos cisnes.

Crème Brûlée

Franceses, ingleses y españoles se pelean la paternidad de este postre rico y sedoso, que puede ser la mejor receta para las nostalgias otoñales. Pero no se trata de una receta fácil. Sabor, textura y temperatura se conjugan para hacer tocar el cielo.




Quienes gustan de restaurantes elegantes, especialmente franceses, habrán tenido más de una oportunidad de ordenar crème brûlée. ¿Crème qué? Brûlée o, literalmente, "crema quemada", ese postre denso y sedoso, con suave sabor a vainilla, cubierto con una delgada y crujiente capa de caramelo, que es capaz de hacer tocar el cielo y generar adicción.

En la cocina profesional, el azúcar que lo cubre es caramelizada con ayuda de un soplete y, probablemente, ése sea uno de los mayores misterios de este rico y cautivante plato, que, de hecho, está confeccionado con ingredientes decepcionantemente simples.


Básicamente, la crème brûlée es una mezcla de yemas de huevo, azúcar, crema y vainilla. Se cocina al horno en baño María en potes individuales (ramekins o moldes de soufflé) y luego se refrigera al menos por un par de horas. Antes de servir, se espolvorea con azúcar - de preferencia, rubia- que luego se quema con el mencionado artefacto. O con unos aparatos de fierro especiales, que se calientan al rojo vivo.

Los españoles reclaman su paternidad desde el siglo XVIII bajo el nombre de "crema catalana" (de hecho, muy similar, pero preparada con maicena, toques de canela y cáscaras de limón y naranja), mientras que los ingleses aseguran que se originó en la Inglaterra del siglo XVII, en que era conocida como "burnt cream" (literalmente, crema quemada). Pero, aparentemente, no fue hasta fines del siglo XIX que el uso de la traducción francesa se hizo popular, sin perjuicio de que hoy se adjudique a los galos su invención.

Prepararla suena fácil, pero no lo es tanto. La calidad de los ingredientes es capital (crema espesa, huevos frescos, vainilla de verdad) y más aún su dosificación. "Pues la consistencia debe estar entre la crema inglesa y el flan; ni tan duro ni tan blando. Y el caramelo debe ser lo justo, porque si lo queman mucho se pone amargo. Y en lo que pecan muchos restaurantes es en que lo sacan directo del refrigerador: demasiado helado", apunta Soledad Martínez, crítica gastronómica de Wikén y sincera amante de la crème brûlée.

De allí, explica, que la calidad sea muy dispar. "En muchas partes no es tan bueno o recomendable. Y en otras es francamente malo", advierte. Según su experiencia y su memoria, la crème de la crème brûlée en restaurantes santiaguinos estaría repartida casi a partes iguales entre establecimientos de origen galo e internacional.

Para ella, los mejores de Santiago, en el siguiente orden, se encuentran en: "La cascade", "Astrid y Gastón", "Le flaubert", "La maison de France", "Zanzíbar", "Mundano" y "El Cid", del Hotel Sheraton.

Con 40 años de trayectoria y una remodelación inaugurada a comienzos de esta misma semana, "La cascade" no se sorprende con la distinción. "Nuestra crème brûlée es la mejor, es la original", dice madame Yvette, a la par que cede los honores a su nieto Edouart.

Pero la verdad es que las innovaciones también han anotado sus éxitos. El "Mundano" se distinguió por su crème brûlée a la vainilla, al café y al romero, mientras que "El Cid" destacó con su versión tibia, con sabor a chocolate, kiwis confitados y salsa de naranja.

En la misma línea, la chef Sofia Jottar propone una crème brûlée de lúcumas y papayas, que "recoge lo mejor de estas dos frutas chilenas" en la "textura muy delicada de un postre de exportación fácil de hacer". Y Noelle Hadad ha cubierto para las páginas de este diario buena parte de las probabilidades de variación: clásica, de especias, chocolate, café o frutas.

Pero si se busca todo sobre la crème brûlée - o casi todo- una buena opción es encargar el libro "Elegantly easy crème brûlée" (www.cooking.com). En el volumen, la cronista gastronómica californiana Debbie Puente registra las recetas clásicas y las variaciones, da consejos útiles y también ofrece las versiones de famosos restaurantes.


Receta




Ingredientes:

200 cc. de leche
300 cc. de crema
100 gr. de azúcar
6 yemas
vainilla









Preparación:

En una olla poner la leche con el azúcar y la vainilla.
Mezclar las yemas con la crema en un bowl.
Agregar la leche en forma de hilo para evitar la coagulación de las yemas o esperar a que esta entibie.
Verter la mezcla con un colador a cuatro potecitos de cerámica.
Poner los potes en una bandeja de horno con agua caliente hasta cubrir la mitad.
Cocer a baño María en el horno a 150ºC por 40 minutos o lo justo para que cuaje.

* El agua de la bandeja no debe hervir.