sábado, 16 de agosto de 2008

Kiwi

El kiwi tiene el nombre científico de Actinidia chinensis, que hace referencia a su origen, China; concretamente a las riberas del río Amarillo (Huang He), donde crece en estado silvestre.

Descubierta en 1850 y conocida inicialmente como yang-tao, uva espina china o grosella china, las semillas del kiwi llegaron a principios de siglo a Nueva Zelanda donde fueron introducidas como curiosidad botánica y le otorgaron el nombre que corresponde al del pájaro emblemático de ese país. Allí se popularizó su cultivo y su consumo, exportándose en 1953 a Estados Unidos (en la actualidad existen grandes cultivos en Oregon y California) y a otros tantos rincones del mundo.
En Chile, en muy corto tiempo, se ha creado un interesante mercado, principalmente para la exportación y en menor grado para el consumo local.


Se trata de una planta trepadora y vigorosa, con grandes hojas con forma acorazonada, de color verde oscuro y de entre 12 y 20 centímetros de diámetro. Las flores aparecen desde finales de mayo y durante el mes de junio; son redondeadas, de color blanco crema y aparecen en racimos.
De las flores polinizadas se desarrollan los conocidos frutos con forma de huevo, recubiertos de pelusilla marrón.
Su pulpa, de sabor refrescante, ligeramente ácida, es verde esmeralda, con semillitas negras dispuestas en forma radiada. El centro del fruto, sin semillas, es blanco.

Los primeros kiwis de la temporada llegan al mercado entre los meses de octubre y noviembre. Al madurar durante el invierno, se mantiene en perfectas condiciones hasta mayo. Para disfrutar de todas las propiedades del kiwi es recomendable consumirlo en su punto justo de maduración, cuando su consistencia es ligeramente blanda al tacto. A la hora de la compra, elegiremos las piezas intactas y sin manchas, desechando las que estén muy blandas o dañadas.

En casa, puede conservarse en óptimo estado tanto a temperatura ambiente –aguanta hasta 15 días–, como en la nevera –un mes– e incluso en el congelador –hasta seis meses–. Un truco para que los kiwis maduren más rápidamente consiste en conservarlos en una bolsa de plástico junto con una manzana, ya que esta última desprende un gas (etileno) que acelera su proceso de maduración. De esta forma, en una semana estarán listos para ser consumidos en su punto.

Los kiwis poseen un elevado contenido de vitamina C (más del doble que las naranjas) y vitaminas del grupo B, entre ellas el ácido fólico. Así mismo son ricos en minerales (potasio, fósforo, hierro y magnesio), necesarios para la conservación y mejora de la salud. Por si fuera poco, son antioxidantes, por lo que se le atribuyen propiedades, rejuvenecedoras, cicatrizantes, incrementadoras de las defensas y preventiva de ciertas enfermedades, pues contienen fibras que son laxantes y mejoran el tránsito intestinal.
Por ser esta fruta especialmente rica en luteína –un antioxidante– puede reducir notablemente el riesgo degeneración muscular asociado a la edad avanzada y constituir una buena protección ante los riesgos de accidentes cardiovasculares.
Además no contienen grasa, sodio (sal), ni colesterol.

Composición de los kiwis por cada 100 gr.
Agua
83, 05 gr.
Energía
65 Kcal
Grasa
0, 44 gr.
Proteína
0, 99 gr.
Hidratos de carbono
14, 8 gr.
Fibra
3,4 gr.
Potasio
332 mg
Fósforo
40 mg
hierro
0,4 mg
Sodio
5 mg
Magnesio
30 mg
Calcio
26 mg
Vitamina C
98 mg
Vitamina E
1100 mg
Vitamina A
175 UI
Vitamina B1 (Tiamina)
0, 020 mg.
Vitamina B2 ( Riboflavina)
0, 050 mg
Niacina
0, 5 mg


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